Buenas Prácticas de Manufactura de alimentos procesados

La certificación en BPM de alimentos procesados es emitida por organismos de inspección acreditados por el SAE con competencia para evaluar este sistema de calidad.

Los centros de procesamientos de alimentos deben conocer y cumplir con los requisitos normativos y requerimientos  legales  para  producir y comercializar alimentos sin afectar a la salud del consumidor. El proceso de implementación y certificación de “Buenas Prácticas de Manufactura para Alimentos Procesados”, garantiza la inocuidad de los productos alimenticios que consumidos en nuestro medio.

La contaminación de estos productos puede producirse en cualquier punto de la cadena alimentaria. Las BPM sirven para asegurar que los alimentos cumplan con las condiciones sanitarias necesarias para disminuir los riesgos potenciales que puedan ocasionar enfermedades por transmisión alimentaria. La salud de la población está alineada con la calidad de la producción.

Para obtener una certificación de BPM, las plantas de procesamiento deberán elegir un organismo de inspección acreditado por el SAE, para que testifique y evalúe el sistema de calidad implementado para sus procesos. El número de inspectores y los días de inspección dependerán del tamaño de la empresa y de la complejidad de las actividades de la misma.

Después de ejecutada la inspección y si el resultado es favorable, el organismo de inspección acreditado emitirá el informe final de la inspección al propietario/gerente o representante técnico de la planta procesadora de alimentos, que deberá registrar este certificado en la plataforma de Buenas Prácticas de Manufactura de Alimentos del ARCSA.

Entre los principales productos que se procesan en el país, están la leche y productos lácteos, bebidas no alcohólicas y alcohólicas, hielo de consumo, aguas minerales y otras aguas embotelladas, productos cárnicos y derivados, suplementos alimenticios, conservas de pescado, productos de acuacultura, crustáceos, moluscos, ovoproductos, cereales y derivados, productos de panadería y pastelería, conservas de frutas, legumbres, hortalizas, tubérculos, comidas listas y empacadas, café, té, hierbas aromáticas, entre otros productos.

Es importante que tanto los administradores como el personal operativo de los centros de procesamiento de alimentos conozcan cómo implementar un programa de buenas prácticas, para no solo dar cumplimiento a los requisitos de normas y leyes, sino para aumentar la productividad y crear ambientes saludables para el consumidor interno y externo, lo cual se traduce en una mayor rentabilidad e incremento en las ventas.

Fecha de publicación: 19 de julio 2018


 

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