Buenas prácticas en la industria cosmética

Seguridad, mejora y optimización de los procesos en la industria cosmética con buenas prácticas de fabricación.

Los dos elementos clave de una cultura de éxito en las buenas prácticas de fabricación son, un sistema de gestión eficaz y una certificación independiente. Para la industria cosmética, se ha diseñado la norma ISO 22716 para la armonización internacional y transparencia de los requisitos para buenas prácticas que deben cumplir estos productos. Esta norma evalúa toda la red de procesos mediante la identificación y gestión sistemática de los mismos.

Esta norma es aplicable a la fabricación, control, almacenamiento y expedición de productos cosméticos, y proporciona consejos prácticos y de organización para la gestión de recursos humanos, técnicos y administrativos que afectan a la calidad del producto.

Organismos de certificación e inspección, son los encargados de evaluar la conformidad del producto de acuerdo a la norma ISO 22716, que es una guía de Buenas Prácticas de Fabricación (BPF), y siguiendo los fundamentos que establece el reglamento técnico RTE-093 para la industria cosmética. El objeto de estas normativas es controlar, prevenir y eliminar las deficiencias en materia de calidad en el producto y el impacto que podrían ocasionar en los consumidores finales.

Entre las acciones prácticas que se deben implementar, está asignar un número de lote único al producto terminado para asegurar la trazabilidad en todas las etapas de producción y así detectar un posible efecto adverso, también dotar de capacitación al personal de producción en buenas prácticas de fabricación e higiene, además de disponer de instalaciones adecuadas accesibles para el vestuario y limpieza del personal, separadas de la zona de producción, con el fin de evitar problemas de contaminación.

Es recomendable que se guarden muestras de cada lote de producto fabricado y los materiales que se usaron y es fundamental que se dispongan de almacenes con ubicaciones fijas para materias primas, materiales de acondicionamiento, otros para el producto terminado y también para producto devuelto, rechazado o en cuarentena.

Obtener este reconocimiento, otorga a las organizaciones de la industria cosmética, mayor confianza por parte de clientes, organismos reguladores y partes interesadas, mayor seguridad de su producto, mejora y optimización de sus procesos en toda la cadena de producción, reducción de riesgos asociados, lo que influye en la construcción de su imagen pública.

Fecha de publicación: 30 de enero de 2018


 

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