Los avances en técnicas, electrónica y tecnología influyen sin duda en los requisitos normativos que deben implementar los laboratorios para su gestión y operatividad.

Varios son los factores que afectan la forma en que un laboratorio funciona, desde cómo conservan sus registros, hasta la manera en que operan sus equipos, todo ha sufrido un cambio radical con las nuevas tecnologías, la electrónica, que han dado nuevas pautas para reformular ciertos requisitos de la norma ISO 17025 en su versión 2017.

Se estiman que podría haber alrededor de cien mil laboratorios en todo el mundo que utilizan este estándar. Uno de los principales enfoques de la nueva versión se centra en las tecnologías de la información, incluyendo el uso de sistemas informáticos, registros electrónicos y producción tanto de resultados como de informes en formato electrónico.

Todos los cambios técnicos en los laboratorios y en las técnicas informáticas, entre otros aspectos que especifica la norma, responden a las nuevas condiciones que demanda el mercado y los avances tecnológicos. Un laboratorio apunta a mantener aparatos de análisis de alta calidad, equipos de investigación o dispositivos de laboratorio desarrollados para uso profesional que estén a la vanguardia de la tecnología.

El objetivo de los laboratorios es producir resultados con un alto grado de validez, expresivos y certificados para ensayos y pruebas de calibración según normativa ISO, que hacen posible realizar experimentos, controles de procesos y controles de calidad.

Si bien en la versión anterior de la norma ISO/IEC 17025 se diferenciaba solo entre requisitos de gestión y requisitos técnicos, ahora se hace especial énfasis en los requisitos estructurales, que indican cómo debe estar organizado el laboratorio y cómo debe interactuar con su entorno y partes interesadas, además de incluir requisitos específicos acerca de la cualificación del personal, las instalaciones y condiciones ambientales del laboratorio.

Fecha de publicación: 05 de abril 2018