La agricultura ecológica, como alternativa de producción y consumo más responsables, ofrece mayor rentabilidad para los productores locales, con productos certificados.

El Ecuador está considerado dentro de los 17 países megadiversos del mundo, con tan solo 256.370 km2 de extensión territorial, es el país más pequeño de este grupo, siendo históricamente y hasta nuestros días, un país productor de materias primas, eminentemente agrícola.

Al no contar con tecnología de punta para la fabricación de productos terminados, se han realizado importantes acciones para el fomento de la producción y comercialización de alimentos orgánicos a través de campañas de comunicación ambiental, proyectos ecológicamente responsables, granjas demostrativas, implementación y fortalecimiento de una red de mercados de comercio justo y agricultura ecológica local, como una alternativa de consumo responsable.

Los esfuerzos por implementar alternativas de desarrollo social, económico y ambiental, ha multiplicado el número de agricultores y organizaciones que trabajan en modelos agroecológicos, producción artesanal sustentable, que están incursionando paulatinamente en la implementación de energías renovables.

La agricultura ecológica puede tornarse más rentable para los productores que la agricultura convencional, por los márgenes de beneficio más significativos que se pueden conseguir. A pesar de que la producción es menor, los resultados favorecen al medio ambiente y contribuyen a alimentar al mundo de una manera más sostenible.

Los precios de los productos ecológicos son el incentivo que mueve a los agricultores a adoptar prácticas de cultivo más sostenible, pero se sugiere que las políticas gubernamentales impulsen esta adopción y faciliten la transición desde la agricultura convencional.

La acreditación del SAE en el ámbito agroalimentario asegura que organismos certificadores que han demostrado competencia técnica, garanticen que los productos y servicios que se ponen en el mercado reúnan requisitos de seguridad específicos, así como una serie de características diferenciales de calidad.

En este sentido, la certificación de productos acreditada, se ha convertido en una herramienta esencial al servicio de la producción orgánica y así lo refleja el crecimiento experimentado en el uso de estos servicios técnicamente competentes tanto en el campo regulado como voluntario.

Actualmente hay 5 entidades acreditadas en el ámbito de la producción orgánica que contribuyen a generar confianza en el sector, que es el que más rápido crece dentro de la industria alimenticia. Una certificación no solo responde a aspectos económicos, existen esquemas de certificación que los pequeños productores si pueden cumplir.

Fecha de publicación: 14 de mayo 2018