Certificaciones para demostrar y exigir calidad
La calidad es un componente básico a la hora de desarrollar un servicio y darlo a conocer, es una ventaja competitiva para los empresarios y un beneficio para los consumidores.
La certificación es un procedimiento a través del cual un empresario o productor puede demostrar que su gestión, servicio o producto cumple con requisitos específicos establecidos en una norma o reglamento técnico, y es una oportunidad para mejorar su competitividad, a través de la garantía de la calidad y el valor agregado de su producto o marca.
Para las organizaciones no solo se trata de ser los mejores sino que desde afuera también conozcan sus buenas prácticas para gestionar sus procesos, lo que le permite desarrollar de manera más eficaz sus actividades y ser reconocidos en los mercados globales que cada día son más cambiantes y exigentes.
Su continuidad en el mercado se ve condicionada, principalmente, por tres variables: la generación y optimización de una excelente gestión; satisfacer las necesidades de sus clientes; y su rápida adaptación a los cambios del mercado, siempre a un paso adelante de la competencia.
La certificación de un servicio o producto debe entenderse como una estrategia de posicionamiento, las organizaciones que han optado por someterse a modelos de evaluación de la calidad se encuentran en una situación privilegiada frente a aquellas que han preferido mantenerse al margen de los esquemas de reconocimiento de la excelencia.
Con una certificación apropiada en cumplimiento con los requisitos de las normas y reglamentos técnicos vigentes, se facilita la entrada a nuevos mercados. La certificación es voluntaria pero puede ser de cumplimiento obligatorio si los Gobiernos exigen como evidencia la certificación que avale la calidad y seguridad de un producto, tanto para consumo interno, exportaciones e importaciones. De acuerdo a las regulaciones de cada país, se exigirán distintos certificados.
Obtener un certificado de calidad no solo es una ventaja para los empresarios para mejorar la reputación e imagen de sus organizaciones, sino es un beneficio para los consumidores, pues tendrán información verídica sobre el producto o servicio para su decisión de compra, tendrán mayor confianza para su uso o consumo y podrán acceder a canales de comunicación más eficaces con el fabricante o proveedor para presentar un reclamo, responder encuestas de satisfacción o aportar con sugerencias para mejorar el servicio al cliente.
Fecha de publicación: 17 de abril 2018