Inspección visual, la técnica más versátil entre los Ensayos No Destructivos
Organismos acreditados por el SAE con competencia en inspección visual, usan este método de ensayo no destructivo por su versatilidad y sencillez, en actividades profesionales, científicas y técnicas.
La inspección visual es el método de ensayo no destructivo más versátil que se utiliza con más frecuencia en las inspecciones de superficies expuestas o accesibles de cuerpos, ensambles o productos terminados, para determinar el estado de integridad general de una parte o componente y para la detección de objetos extraños en el interior de equipos que puedan afectar a su función.
En esta actividad, se emplea como instrumento principal, el ojo humano, el cual es complementado con instrumentos de magnificación, iluminación y medición, como por ejemplo, vibroscopios, boroscopios, lupas y espejos. La experiencia del inspector y los conocimientos que tenga respecto a la operación, los materiales y demás aspectos influyentes en los mecanismos y objetos que puedan tener fallas, son necesarios para obtener resultados confiables.
La industria de hidrocarburos, petroquímica, energía, transporte y de infraestructura, donde existen ambientes corrosivos, diferentes temperaturas o donde hay presión contenida, es en donde más se requiere de estas comprobaciones visuales. Con la inspección visual se identifican materiales que no cumplen especificaciones, se facilita la corrección de defectos durante el proceso de fabricación y se reduce la necesidad de posteriores ensayos no destructivos.
La inspección mediante este método se aplica en los controles de calidad de productos, tanto en fabricación como en servicio, por ejemplo en soldadura se verifica la calidad del acabado, forma y tamaño; en mecánica se revisa todo tipo de soportes de tubería en montaje y operación; en servicios de equipos y componentes, se observan desde intercambiadores de calor hasta tornillería; en el servicio de bombas, válvulas, tuberías y estructuras, se detectan fugas, corrosión, erosión y degradaciones.
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2018