Normas de calidad y sostenibilidad en el turismo

La certificación de actividades turísticas pretende mantener actividades emocionantes para el disfrute del turista, observando riesgos potenciales y haciendo segura su diversión.

Las buenas prácticas en el turismo de aventura brindan un valor agregado al servicio, con la implementación de estándares de calidad, que permite a los clientes estar seguros en los lugares que visitan y las actividades que realizan.

Existen dos normas que establecen los requisitos mínimos para que organizaciones de la industria turística, mejoren su cadena de valor. La norma ISO 21101 que define los procesos necesarios para seguridad y control a través de un sistema de gestión de la seguridad aplicado para proveedores de turismo de aventura, para revisar las actividades que ofrecen, evaluar situaciones de mayor riesgo y comprender las necesidades de los turistas. Y la ISO 21103 que especifica el tipo de información que tiene que facilitarse a los participantes potenciales, antes, durante y después de realizar las actividades de turismo de aventura.

Estas normas otorgan más seguridad, confianza y competitividad a la industria del turismo en todo el mundo. El concepto de turismo de aventura se encuentra orientado a los viajeros que quieren disfrutar del aire libre y la naturaleza, practicar deportes con algún porcentaje de riesgo o vivir momentos de adrenalina. Este tipo de turismo ha ganado popularidad en el último tiempo, por lo que la seguridad es un tema clave que se debe considerar.

La calidad se ha convertido en una herramienta valiosa para el sector, sin embargo no se dispone de datos estadísticos para saber cómo ha ido evolucionando este tipo de actividad en nuestro país, pero sí está claro que se ha incrementado gracias a las tendencias arriesgadas, dinámicas y únicas que los viajeros buscan vivir.

El turismo de aventura es de carácter recreativo y no competitivo, entre las actividades que más experimentan los turistas, están el cicloturismo, turismo rural, senderismo, surf, montañismo, rafting, etcétera, que manejan diferentes grados de dificultad: bajo, moderado o alto. La recreación física y sensorial, supone un desafío o riesgo controlado que asume el turista, pero es deber de las organizaciones de esta industria mejorar la calidad de los productos y servicios, como el caso de los operadores que ofrecen paquetes turísticos y los proveedores de equipos como cascos de seguridad, cuerdas, kayaks, camisetas con protección solar, zapatillas de deporte, entre otros.

Fecha de publicación: 04 de mayo 2018


 

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